¿Qué es, mayor Lawrence, lo que le atrae del desierto?.
Está limpio. Me gusta porque está limpio.
Lawrence de Arabia, David Linch, 1962.
Un buen año, Ridley Scott, 2006.
Después volveré a la frase. Hoy hemos vuelto a madrugar mucho, 6 de la mañana (en Madrid suena el despertador 4 veces antes de que me levante, pero en los viajes me tiro de la cama según suena el pitido, esto tengo que hacérmelo mirar), hemos desayunado y con las maletas hemos salido en dirección a la Pequeña Petra. Es un lugar pequeñito, que al igual que su hermana mayor Petra, presenta edificios esculpidos en la roca. Es muy interesante, pero como era muy pronto y a la sombra, hacia fresquito, yo llevaba forro polar y plumas, no sea que a mi edad me constipe.
A estas horas la verdad es que hay bastante gente.
Una hora más tarde ya hemos salido en dirección al desierto de Wadi Rum, si, ese que sale en Lawrence de Arabia, Marte o Aladino. No me gusta ninguna de las 3, pero mientras que de las 2 últimas paso, la primera es que no la soporto, entre otras cosas porque Peter O’Toole siempre me ha parecido muy intenso. Y me diréis, y entonces la frase de arriba?. Pues la frase de arriba, ya usada en el blog de Emiratos y Omán, es que según hemos llegado al desierto pues digamos que limpio, limpio no está. La película Marte es donde Matt Damon se pone a plantar patatas en este desierto y no es ninguna tontería porque llueve torrencialmente durante el otoño y el invierno.
Aparte de esto, el desierto en cuestión es asombroso, y el día de hoy tan soleado ha hecho que fuera más asombroso aún. Hemos llegado al Camp, y si, es bonito, y si no fuera porque hay un montón de ellos por aquí, pues a lo mejor si podría ser “la eqxperiencia” y no quedarse en “una experiencia”. Antes de nada, hemos hecho un recorrido en 4x4 descubierto por el desierto. Yo he tenido serias dificultades para subir, y he echado de menos a mis indonesios ayudándome, con esos pequeños toques de culo. Al final de todo he conseguido subir fácilmente de rodillas. Diréis que soy una exagerada, pero os voy a contar que para subir yo siempre he usado la pierna derecha, pero esta vez aún no puedo hacer fuerza con el pie, y me quedo abajo al intentar darme impulso. Y con la pierna izquierda no me apaño. Al final he puesto la rodilla y ha sido mucho más fácil.
Después ya hemos ido al Camp de verdad. El Camp es nuevo y es bonito dentro de un orden. No son tiendas, son más bien cabañas con base de piedra, con suelo y paredes de madera, y baño es de losetas. Cubriendo por el exterior tienen como una funda de alfombra. Tienen una decoración muy árabe y son acogedoras. Las camas no son literas, sino que tienen colchón y en un país como este hay fundas nórdicas. En el interior hace un calor tremendo y está puesto el aire acondicionado aquí en mitad del desierto. En una nave “prefabricada” está el restaurante que le quita parte del encanto pero luego fuera hay una parte de tiendas árabes con asientos medio al aire libre, que claro al hacer frío por la noche, ponen las estufas. Tienen el centro de la zona de habitaciones una piscina bastante grande. La comida es más de lo mismo, el consabido buffett con ensaladas, platos calientes y postre, y no hay alcohol, pero la cerveza 0,0 no está mal. Aquí se paga en efectivo.
Aquí la Barbie desierto. Es un sitio de retiro, bastante tranquilo y sin internet. La cena ha consistido en cordero y pollo hecho dentro de la tierra. Ponen la carne en parrillas y arroz abajo del todo, lo ponen bajo tierra y lo dejan dos horas. Después lo cortan con las manos y esta muy bueno.
Estamos alojados cuatro gatos y después de cenar no hay nada de marcha. Aburridos nos vamos pronto a la cama. Hace un frío que pela en las cabañitas estás pero la cama es cómoda.
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